Me retiro de la Liga de Ajedrez de Jesús Isarrarás

Considero que es momento de cerrar un capítulo en mi vida.

No tengo interés ninguno en seguir en la Liga de Ajedrez de Jesús Isarrarás Gutiérrez, en la cual no se respetan los acuerdos que hacen los ajedrecistas y donde el mismo Presidente de la Liga tampoco le importa hacerlos cumplir.

Esta liga tuvo muchos problemas en la Primera División. Varios equipos se vieron en líos: ChessMetal, Pioneros, Master Game, PumasUNAM. Todo se deriva de una falta de normatividad o en el peor de los casos, de la falta de cumplimiento de las raquíticas normas que hay.

Fui parte de un Acuerdo Verbal donde participaron el MN Lenin González Arroyo, Omar Real Santillán, Noé Solorio Valderrama, del equipo de Físicos y Jesús Isarrarás Gutiérrez, Presidente de la Liga de Ajedrez. Si el jugador del segundo tablero de Físicos no pagaba el resto de la inscripción del equipo, no podía jugar contra Miravete Chess. Así de simple era el acuerdo.

No pagó, y sí jugó. A la semana siguiente, le reclamé a Jesús Isarrarás, pero hizo mutis del asunto.

La inconformidad la hice patente en el blog, aunque dejé que los propios físicos decidieran sobre el asunto, que ellos mismos fuesen a imponerse una sanción. No tenía interés real de seguir una línea de desgaste. Para mí ya era asunto cerrado.

Sin embargo, el capitán de los Físicos, Raúl Omar Real Santillán, hizo gala de sus peroratas en mi contra. No cejó en su intento de desprestigiarme desde que registré al equipo de Miravete Chess con nuevos refuerzos. Su calumnia favorita, en el blog de Waldo,  fue que le robé "a la mala", con "artimañas", "con mentiras" y de la forma "más sucia" al ajedrecista José Luis Venegas que jugaba antes con ellos. Varias veces lo reté a que aclaráramos el asunto con Venegas, cosa que hasta la fecha no ha accedido a hacer.

No había semana en la cual, en el Foro del Blog de Waldo, no hubiere un ataque de este señor ya sea hacia mí o hacia los integrantes de mi equipo, usando palabras de forma peyorativa.

En vez de aceptar en silencio que cometieron un error y dejar morir el asunto, siguió atacándome en el Foro de Waldo.

Cometí el error de caer en su juego. Pensé que al ser el ajedrez un juego de caballeros, la Liga Michoacana de Ajedrez y los ajedrecistas entenderían que un Pacto de Caballeros debía de respetarse y si se faltase a ese acuerdo, era válido una sanción, aunque sea de tipo económica. Decidí, entonces, meter una impugnación.

Mi error fue creer que podía haber justicia en la Liga de Ajedrez.

Salió contraproducente. Ningún ajedrecista vinculado a las estructuras de la Liga de Ajedrez quiso tomar cartas en el asunto después de que metí la impugnación.

Realmente no hay un sistema normativo en la Liga Michoacana de Ajedrez donde se indiquen los mecanismos procesales para resolver los litigios. No está la Liga registrada a la FENAMAC, y en consecuencia no se puede ir a ninguna Comisión Deportiva de Arbitraje reconocida por las instituciones gubernamentales para dirimir las diferencias entre los deportistas.

Simplemente es una Liga de Ajedrez de carácter netamente privado, cuyo dueño absoluto es Jesús Isarrarás.

Hoy día, quizás mi impugnación ya se encuentre en el Basurero Municipal de Morelia, en vías de ser reciclado el papel. Es por ello, que las burlas de Raúl Omar Real Santillán sobre la impugnación cobran sentido. No pasa nada en la Liga de Ajedrez.

No cuestiono el nivel de los físicos-matemáticos en el ajedrez, ellos fueron los mejores en el tablero y por eso quedaron en Primer Lugar. Nadie cuestiona eso. Mi indignación es porque no cumplieron un Acuerdo de Caballeros.

Ya no puedo seguir en una Liga donde no hay respeto a los acuerdos. Y mucho menos puedo avalar una "organización" donde se menosprecia y se menoscaba a quien decide alzar la voz para señalar alguna irregularidad.

Me retiro con tristeza de la Liga, porque siempre recordaré el Campeonato de Segunda Fuerza, donde mi primo Darío Bhatti Miravete fue factor decisivo en la partida final y mi otro primo, David Chávez Mirabete, terminó invicto en la primera fase. Mi hermana Eréndira y mi hermano Gustavo contribuyeron también a ese gran logro en la XII Edición. Teníamos años sin jugar al ajedrez. Y aún así, logramos el título. Y gracias a Adrián Ruiz Juárez, quien fue el que me indujo nuevamente al ajedrez, quien fue el elemento fundamental en todo el equipo, el Primer Tablero, el mejor de la Segunda División.

Miravete Chess, renovado con Alejandro González Ramírez, José Luis Venegas Nateras, Josué Isaí Sosa Encarnación y Ricardo Belmontes Casas, logró el tercer lugar en esta edición. A ellos les estoy agradecidos porque demostraron que jugaron a ganar cada encuentro. Ese espíritu de lucha que tuvo mi equipo en la Segunda División, se vio nuevamente reflejado en la Primera. Ninguno de ellos, cuando el match estaba a favor, cedía las tablas, sino que iban por la victoria. Eso se llama respeto al contrincante y respeto por sí mismo. Los resultados ahí están, Miravete Chess fue el equipo que hizo más puntos individuales que cualquier otro equipo. Se jugó a ganar cada encuentro. En algunos, se arriesgó de más, pero siempre, en la búsqueda del triunfo.

Deslindo de mis apreciaciones y comentarios personales, a los refuerzos que jugaron en mi equipo. Todos mis argumentos los he hecho a título personal. Sé que ellos son ajedrecistas valiosos y que serán invitados a reforzar a algún equipo. Son excelentes jugadores y mi respeto y admiración por ellos. Fue un placer verlos jugar.

Y agradezco mucho la invitación que me hicieron los de e4, papá Omar Molina, de jugar con ellos en Segunda División junto con sus hijos Omar y Andrea, y con Moisés Duarte Zepeda. Fue un equipo sensacional y lamento haberles fallado en dos encuentros al no haber asistido.

Tampoco olvidaré el Tercer Lugar que obtuve en Primera División con el equipo de Pioneros, al lado de Jorge Vilchez, Cardona y Juan Bosco. No éramos favoritos para el tercer lugar y logramos obtenerlo.

Deseo que los mejores recuerdos de la Liga de Ajedrez queden en mi mente y alma, los buenos y positivos; los malos, habrá que olvidarlos; habrá que perdonar y perdonarse.

¡Adiós a la injusta Liga de Ajedrez!